Complejidad en Gerencia y Toma de Decisiones
jueves, 26 de junio de 2014
VideoCast
VideoCast presentado como cierre a la materia Complejidad en Gerencia y Toma de Decisiones, esperamos que pueda conseguir en este blog toda la información necesaria para su aprendizaje.
Si tiene algún comentario o sugerencia, no dude en escribirnos. Hasta una próxima oportunidad.
Enlace para YouTube... VideoCast Organizaciones Inteligentes
lunes, 17 de febrero de 2014
Guía 6: Ensayo
Ensayo:
La Quinta Disciplina
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1. Senge, Peter. "La Quinta Disciplina", 1990
La Quinta Disciplina
En
el complejo mundo y poco explorado llamado Organizaciones, del que poco se
atreven a profundizar, la mayor parte de lo que se sabe o se cree acerca de
éstas, procede del sentido común y de las experiencias prácticas dentro de las
mismas. Se sabe que la organización es una institución social encargada de
coordinar metas, planes y estrategias para alcanzar los objetivos propuestos a
través de un conjunto de personas llamadas "masa laboral". Si se toma
este concepto todo sería muy simple pasando por alto lo social, lo humano, o si
se simplificara como lo enseña el método
científico y se tomase al ser humano
como un ser racional que se comporta bajo un lógica, todo sería mucho menos
complejo. Pero si se toma al ser humano como realmente es, y se intentase
estudiar en su entorno dejaría de ser una ciencia exacta para convertirse en
una ciencia social y es este paradigma lo que nos agrega complejidad a lo que
pocos quieren estudiar, Organizaciones humanas.
Con
el factor humano comandando la organización, ésta se convierte en compleja, esto
se logra ver cuando se estudia los objetivos de la organización y allí se ve como el factor humano le pone su grado
de complejidad y rara vez el objetivo formal perseguido por la cabeza de la
organización, es el mismo que persiguen sus integrantes. O si por lo menos
todos los integrantes diferentes de la cabeza formal de la organización,
persiguiesen un mismo objetivo, pero no es así.
Esto entonces comienza a verse
más como un sistema social (complejo, o muy complejo), siendo necesario
estudiarlo como sistema y no en solitario,
motivo por el cual Peter Senge recurre al pensamiento sistémico para intentar
comprenderlo y tal vez resolverlo.
Peter
Senge, se propone realizar un cambio de mentalidad profesional cuya finalidad
es la de “destruir la ilusión de que el
mundo está compuesto por fuerzas separadas y desconectadas”. (“Quinta Disciplina”, Senge, 1990, p.2), que suponga una mejor
resolución de tareas y problemas. Al romper con esta idea simplista, se introduce
la noción de una “organización inteligente”, basada en la capacidad de aprender en
conjunto a través de elementos innovadores como el de la visión compartida, el
aprendizaje en equipo y el desarrollo de modelos mentales.
Las
organizaciones que cobrarán relevancia en el futuro serán las que descubran
cómo aprovechar el entusiasmo y la capacidad de aprendizaje de la gente en
todos los niveles de la organización. Lo que distinguirá fundamentalmente las
organizaciones inteligentes de las tradicionales “organizaciones de control”,
será el dominio de ciertas disciplinas básicas para una auténtica capacidad de
aprendizaje. Resulta vital que las cinco disciplinas se desarrollen en conjunto
para lograr los objetivos, siendo: el pensamiento sistémico, el dominio
personal, modelos mentales, construcción de una visión compartida y el
aprendizaje en equipo las herramientas que permitirán alcanzarlo. La
organización que aprende y continuamente expande su capacidad para crear su
futuro. Dentro de esta, no solo se da el “aprendizaje adaptativo” o “aprendizaje
para la supervivencia”, sino también el “aprendizaje generativo”, definido como
el aprendizaje que aumenta la capacidad creativa.
Los
problemas de aprendizaje en las organizaciones suelen ser trágicos y pasan por
desapercibidos, puesto que las habilidades adquiridas durante el crecimiento de
la empresa se han puesto en marcha de manera errónea. El primer paso para
remediarlos consiste en identificar las siete barreras para el aprendizaje,
cuyo objetivo es reconocer que los problemas se presentan por no impartir un
sentido amplio de pertenencia con la organización, puesto que se concentran
solamente en su puesto de trabajo y no en el resultado que se genera cuando se
interactúan las partes, queriendo así, culpar a un factor externo cuando las
cosas no salen como se esperaban, llevando consigo una mala práctica de pro
actividad, generada por hechos y vivencias que fijan una manera de pensar que
no permite aprender a crear y a llevar
de manera lenta y gradual los cambios repentinos del medio en que nos movemos, para
lograr detectar amenazas y estar preparadas para ello.
Si
bien, la visión sistémica indica que para comprender los problemas importantes,
se debe buscar más allá de los erros
individuales. Examinar las estructuras que modelan los actos individuales y
crean las condiciones que posibilitan cierto tipo de acontecimientos, puesto
que la estructura de los sistemas humanos es sutil y de cierta manera se tiene
el poder de alterarla en la cual se opera.
Existen ciertas leyes que fundamentan la quinta
disciplina, las cuales permiten entender y practicar el pensamiento sistémico.
Dichas leyes representan una de las herramientas para poder aplicar el
pensamiento sistémico. Siguiendo este orden de ideas estas leyes son:
1.-
Los problemas de hoy derivan de las “soluciones” de ayer: las
causas de nuestros problemas, a menudo suelen ser desconcertantes. Las
soluciones que desplazan los problemas a otra parte del sistema, pasan
inadvertidas porque quienes resolvieron el primer problema, no son los mismos
que resolverán el nuevo problema.
2.-
Cuanto más se presiona, más presiona el sistema: en
el pensamiento sistémico existe un fenómeno denominado realimentación
compensadora. Su significado puede relacionarse con la frase “cuanto más se
trabaja, más trabajo hay” o “cuanto más esfuerzo realizamos para mejorar las
cosas, más esfuerzo se requiere”. Un proceso compensador siempre opera para
reducir una brecha entre lo deseado y lo existente.
3.-
La conducta mejora antes de empeorar: la realimentación
compensadora implica una demora, un paréntesis entre el beneficio de corto
plazo y el perjuicio de largo plazo. La
respuesta donde las cosas mejoran antes de empeorar, es lo que vuelve tan
contraproducente las decisiones. En los sistemas humanos, complejos por naturaleza, siempre existe una manera de lograr que las
cosas luzcan bien a corto plazo. Los efectos de la retroalimentación
compensadora llegan inevitablemente más tarde.
4.-
El camino fácil lleva al mismo lugar: en algún momento de
nuestras vidas, nos sentimos cómodos aplicando soluciones típicas a los
problemas, en base a lo ya conocido. La insistencia en aplicar soluciones
conocidas, mientras los problemas fundamentales aún existen, en un indicador
del pensamiento sistémico, lo que genera el síndrome denominado “aquí se
necesita un martillo más grande”.
5.-
La cura puede ser peor que la enfermedad: Las
soluciones no sistémicas suelen padecer del síndrome de la dependencia, de modo
que se convierten en hábitos adictivos impidiendo progresivamente la capacidad
de la organización para solucionar sus propios problemas. Este fenómeno es tan
común que recibe el nombre de "desplazamiento
de la carga": todos "ayudan" a un "sistema
huésped" para dejarlo más débil que
antes y más necesitado de ayuda.
6.-
Lo más rápido es lo más lento: en las organizaciones la
tasa óptima, es inferior al crecimiento más rápido posible. Cuando el
crecimiento se vuelve excesivo, el sistema lo compensa aminorando la marcha,
por lo tanto, poniendo en peligro la supervivencia de la organización.
El pensamiento sistémico resulta ser
más desafiante que nuestra manera de abordar los problemas. Las implicaciones
de la perspectiva sistémica no llevan a la inacción sino a un nuevo modo de
pensar.
7.-
La causa y el efecto no están próximos en el tiempo y el espacio: los
problemas en los sistemas humanos poseen una característica fundamental: la
“causa” y el “efecto” no están próximos en el tiempo ni en el espacio. Por
efecto, Senge se refiere a los síntomas que indican la existencia de problemas.
Por causa se refiere a la interacción del sistema subyacente por la generación
de los síntomas, la cual podría conducir a mejores modificaciones. Es
importante recalcar que la causa y el efecto no están próximos en el tiempo y
el espacio.
8.- Los cambios pequeños pueden producir
resultados grandes, pero las zonas de mayor apalancamiento a menudo son las
menos obvias: El
pensamiento sistémico enseña que los actos pequeños y bien focalizados a veces
producen mejoras significativas y duraderas, si se realizan en el sitio
apropiado. Lo que los pensadores denominan "principio de la palanca".
El único problema es que las zonas de alto apalancamiento no son evidentes para
la mayoría de los integrantes del sistema.
Hay modos de pensar que facilitan los cambios de
apalancamiento. Un punto de partida consiste en ver las estructuras subyacentes en
vez de hechos, y en pensar en procesos de cambios y no en instantáneas.
9.-
Se pueden alcanzar dos metas aparentemente contradictorias: Los
dilemas más enredados dejan de ser dilemas cuando se ven desde el punto de
vista sistémico. Son producto de un pensamiento por “instantáneas” y no por
proceso. Muchos dilemas aparentes son productos del pensamiento estático. Se
presentan como opciones rígidas entre esto o lo otro porque pensamos en lo que
es posible en un punto fijo del tiempo; pero sólo podremos aplicar la palanca
sí vemos que ambos pueden mejorar a través del tiempo. (Senge, 1990, p. 37)
10.-
Dividir un elefante por la mitad no genera dos elefantes pequeños: en
las organizaciones, para comprender los problemas administrativos, es necesario
ver la totalidad del sistema que genera dichos problemas.
El principio clave del “límite del
sistema” es que las interacciones a examinar son las más relevantes para el
problema en cuestión, al margen de los límites organizacionales locales. Este
principio resulta difícil de implementar por que las organizaciones están
diseñadas para impedir que las personas vean con claridad las interacciones
importante.
A veces las personas deciden dividir
un elefante en dos. Pero no notan que el punto de apalancamiento comúnmente se
halla en interacciones que no se pueden observar solo examinando un fragmento.
11.-
No hay culpa: solemos decir: “alguien nos perjudico”. El
pensamiento sistémico indica que no hay nada externo, nosotros y las causas de
nuestros problemas, formamos parte de un solo sistema. La cura radica en la
relación con nuestro “enemigo”.
Se
concluye que luego de haberse estudiado
la noción de organización como un sistema, expuesto en el libro de Peter Senge,
La Quinta Disciplina, se da una nueva visión al pensamiento gerencial contemporáneo
por haber introducido las nociones de una organización “inteligente”, que son
posibles de generar recalcando que aprender es parte de la naturaleza del
individuo. Basándose entonces en elementos innovadores como el de
la visión compartida, el aprendizaje en equipo y el desarrollo de modelos
mentales como herramientas para generar el cambio en la forma de pensar y de
actuar en las organizaciones se pude estudiar el complejo sistema que supone
las tareas humanas, constituyéndose así una organización inteligente con
personas que aprenden a observar como pensadores sistémicos a través de su
propio dominio personal.
1. Senge, Peter. "La Quinta Disciplina", 1990
- Técnica K W L H, disponible en el siguiente enlace: Calaméo- Técnica K W L H
viernes, 7 de febrero de 2014
Guía 5: Artículo
Comportamiento y Desarrollo Organizacional
Herbert Simon
James
March y Herbert Simon son dignos pioneros del movimiento cognitivo en las
organizaciones. En su trabajo titulado “Organizaciones” muestran como las
inadecuaciones de la burocracia- pueden paradójicamente - ser tanto una razón
para su perpetuidad como para sus eficiencias. Por Herbert Simon la tarea de
administración es tal que el individuo pueda acercarse lo más posible y en lo
más práctico, hacia la racionalidad en su toma de decisiones (en términos de
los objetivos organizacionales). Simon
es un distinguido científico en lo político y lo social y sus aportes han
tenido una fuerte influencia en varias disciplinas. Comenzó su tarea en la
administración pública y en investigación operativa. Profundizó en lo
relacionado con la toma-de-decisiones, haciendo uso de las computadoras como un
medio de simular el pensamiento humano.
Para
Herbert Simon el gerenciamiento es sinónimo de toma-de-decisiones habiendo
puesto foco en cómo se toman las decisiones en la práctica y como pueden éstas
decisiones llegar a ser más efectivas. Sugiere que en el proceso general de
toma-de-decisiones existen tres etapas principales:
· Encontrando
ocasiones en las cuales exista una decisión a tomar, lo que podemos asociar con
una actividad de inteligencia en el sentido militar
· Inventando,
desarrollando y analizando posibles cursos de acción, lo que podría denominarse
como una actividad de diseño.
· Eligiendo
un curso particular de acción de todas las opciones posibles, representando una
actividad “de opción / elección” u “optativa”.
Los
economistas tienen para ello un modelo del “hombre económico” que elige
racionalmente el mejor curso alternativo de acción posible con el propósito de
maximizar sus rendimientos, modelo éste que por supuesto se aleja de la
realidad, ya que sabemos muy bien que existe un elemento no-racional en el
pensamiento y los comportamientos de las personas. En base a ello es que la
necesidad de una teoría administrativa existe justamente porque hay límites
prácticos a la racionalidad humana. A su vez, estos límites en cuanto a la
racionalidad no son estáticos ya que dependen del contexto organizacional
dentro del cual se desarrolla la decisión individual.
Como
consecuencia de sus hipótesis Herbert Simon propone un modelo del “hombre
administrativo” en reemplazo del “hombre económico”. Mientras que el hombre
económico maximiza al seleccionar el mejor curso de acción de todas las
opciones posibles, el hombre administrativo simplemente “satisface” en su
esfuerzo por acercarse a una decisión que es suficientemente
satisfactoria. Según Simon en su actuar en el día a día el gerente
busca tomar y adoptar decisiones dentro de un rango de alternativas
satisfactorias que no necesariamente son las alternativas óptimas, y esto a su
vez, tiene implicancias más allá de los individuos lo que significa en la
práctica que también las organizaciones solamente llegan a satisfacer sus
objetivos lejos de su optimización.
Al analizar el proceso de toma de decisiones
organizacional que se realiza dentro de un contexto cambiante, Herbert Simon
realiza una distinción identificando dos polaridades: las decisiones pueden ser
programadas y también no-programadas.
Las
decisiones programadas se basan en el hecho que son repetitivas y
responden a rutinas en el día a día de las operaciones dentro de la empresa.
Esto hace que, ante una nueva acción repetitiva de algo que se ha hecho en el
pasado no genera la necesidad de una nueva decisión.
Cuando
se confronta una situación nueva y que es no-estructurada o también bajo
situaciones donde no surge claramente una única mejor opción (algo que fue de
gran preocupación para Frederick Taylor unos 40 años antes) nos encontramos
ante una decisión no-programada. La organización por más esfuerzo que haga para
encontrar una respuesta en su historia organizacional o individual, es muy
posible que no encuentre la solución óptima. No es casualidad que ante este
tipo de situaciones, de Cambio y Desarrollo Organizacional, las empresas
“traigan” recursos externos a la organización como un medio de asistencia y ayuda.
Conclusiones:
Herbert
Simon señala que la empresa del futuro ha de operar sobre la base de decisiones
programadas que a su vez son tomadas en la oficina automatizada que está a su
lado. Weber intenta demostrar que la organización burocrática es una respuesta
racional a las complejidades que se presentan en el accionar diario de las
empresas, va más allá del modelo “mecanicista”, ya que entre otras cosas,
estudia con detalle la relación entre la persona y su rol. Weber percibe a la
burocracia como un sistema adaptativo para hacer uso de habilidades
especializadas, y pasa por alto algunos aspectos relacionados con el carácter
del organismo humano.
Existen
muchas técnicas tales como investigación operativa, procesamiento electrónico
de datos, tecnología informática, simulación computarizada, análisis
matemático, comunicación digital las cuales inicialmente fueron utilizadas para
actividades rutinarias y operaciones programadas que fueron de aplicación para
el personal administrativo principalmente. Pero con el transcurso del tiempo
cada vez se incorporan nuevos elementos de apreciación para operaciones que en
el primer ciclo son no-programadas inicialmente y que cada día se van
transformando en operaciones programadas para su segundo ciclo.
[1]En
cualquier entidad que constituya una organización subyacen muchos de los
elementos que Max Weber consideró partes de las burocracias: un orden
jerárquico (órganos y personas con diferente nivel de autoridad), normas
escritas para regular el funcionamiento de las distintas unidades
organizacionales, objetivos formalizados que constituyen las metas de la
organización, atribución expresa de responsabilidades, procedimientos
formalizados para transmitir y conservar información, sistemas objetivos para
la selección de las personas que han de desempeñar los distintos puestos de
trabajo.
La
burocracia concebida por Max Weber se basa en:
La formalización (tanto de las normas como de los procedimientos)
La centralización (definición de la jerarquía y la autoridad)
Ambas
dimensiones deben interpretarse desde lo que Weber llama “la racionalidad
formal”, origen del “orden legítimo” que han de establecer las normas
jurídicas. Weber, a través de su conocida trilogía, establece que la
legitimidad puede ser “carismática” (se basa en la santidad,
heroicidad o en otras cualidades que concurren de forma especial en una
determinada persona), “tradicional” (deriva del carácter sagrado
que caracteriza a determinadas tradiciones, usos o costumbres) y “racional”
(que encuentra su fundamento en el principio de legalidad propio del
ordenamiento jurídico). Para Weber, el ejemplo máximo de racionalidad lo
constituye la “organización burocrática”.
Son
postulados de la organización burocrática:
- La eficacia y la burocracia son realidades
inseparables
- La actividad organizada se sustenta en la
aplicación de un sistema formal de reglas abstractas, que regulan las
relaciones entre los miembros de la organización en la que se realiza
- La autoridad y el poder de una persona que forma
parte de una organización deriva de los atributos que le reconozca el
orden jurídico, estando siempre vinculados al puesto y no al individuo.
- Las unidades en las que se estructura una
organización mantienen entre si relaciones jerárquicas perfectamente
definidas y delimitadas, estando las del nivel inferior bajo la dirección,
supervisión y control de las de nivel superior.
- Las ejecuciones de las funciones propias de cada
órgano requieren de competencias técnicas definidas, que han de poseer
quienes hayan de realizarlas.
- La propiedad de los medios de producción es de la
organización.
- Las decisiones y manifestaciones de voluntad de
contenido normativo han de comunicarse por escrito.
_______________________________________________
[1]
Tomado de: http://web.usal.es/~ggdacal/Web.Weber.htm; "La
organización burocrática que postula Max Weber"
martes, 3 de diciembre de 2013
Guía 4: La Transdisciplinariedad en las Organizaciones
El complejo mundo de las organizaciones y la
comprensión del mundo actual a través de la
transdisciplinariedad.
La
realidad que percibe el ser humano cada día, la compresión de su propia
existencia y conflictos internos, trae inmersa los aires de la complejidad, de
lo global, lo contextual y lo multidimensional.
La
complejidad se encuentra presente en todos lados, y no hay necesidad de ser
científico para notarlo. La forma de pensamiento predominante por mucho tiempo,
en la cual se produjeron grandes descubrimientos, favorecía el mecanismo, lo
lineal y lo cuantitativo.
Hoy en día, nos encontramos sumergidos en un
mundo que presentan transiciones de cambios acelerados, no solo en las etapas
de la historia, sino también de las diferentes concepciones que se tienen de la
vida, que a su vez afecta aspectos económicos, políticos, cívicos y
socioculturales; haciendo cada vez más complejas las estrechas interrelaciones
existente en aspectos que antes eran estudiados y visto como elementos ajenos
entre sí.
Para nadie es un secreto que los problemas desafiantes que nos presenta el
mundo actual no vienen elaborados en bloques disciplinarios, sino que sobrepasan
los métodos y técnicas que nuestras disciplinas académicas nos han
inculcado a lo largo de los años, fundamentadas en una visión unilateral de la
poliédrica complejidad de toda realidad. Esos problemas nos obligan a
centrarnos más en la naturaleza del objeto del conocimiento que en el método
de medida.
Las universidades han cometido el grave error de separar
la ciencia y la cultura, favoreciendo el desarrollo acelerado de la cultura
científica al precio de la negación del sujeto y del desvanecimiento del
sentido. Esa separación de saberes se torna inoperante cuando se enfrenta a la
realidad concreta que vivimos. Mientras la Universidad es “disciplinada”, los
problemas reales del mundo son “indisciplinados”.
Pero el mundo en que vivimos está compuesto
básicamente por sistemas no-lineales; desde el átomo hasta la galaxia –dice
von Bertalanffy (1981)– vivimos en un mundo de sistemas en todos sus niveles:
físico, químico, biológico, psicológico y sociocultural, es decir, que “todo
está relacionado con todo”. Si la significación y el valor de cada
elemento de una estructura dinámica o sistema está íntimamente relacionado con
los demás, si todo es función de todo, y si cada elemento es necesario para definir a
los otros, no podrá ser visto ni entendido “en sí”, en forma aislada,
sino a través de la posición y de la función o papel que desempeña en la estructura.
Así, Parsons señala que “la condición más decisiva para que un análisis
dinámico sea válido, es que cada problema se refiera continua y
sistemáticamente al estado del sistema considerado como un todo” (en: Lyotard,
1989, p. 31).
En un sistema, se da un conjunto de unidades
interrelacionadas de tal manera que el comportamiento de cada parte depende del
estado de todas las otras, pues todas se encuentran en una estructura
que las interconecta. Geoffrey Chew (1968) ha desarrollado una teoría para
entender el entramado de esta red de relaciones (teoría del bootstrap:
“cordón de zapato” que todo lo liga y une). También Edgar Morin
(considerado como el padre del pensamiento complejo) lleva unos treinta años
insistiendo en la misma dirección en sus múltiples obras. La organización y
comunicación en el enfoque de sistemas desafía la lógica tradicional,
reemplazando el concepto de energía por el de información, y el de causa-efecto por
el de estructura y realimentación.
A lo largo del pasado siglo, cobraron interés
desde un punto de vista interdisciplinario, transdisciplinario e intercultural,
problemas y categorías que, o bien no se habían estudiado con anterioridad a
través de ese prisma o no se habían formulado aún. Este cambio en la
perspectiva comenzó a darse, entre otros factores, como resultado del ascenso
una nueva visión científica de los fenómenos naturales y humanos.
Vale destacar que las perspectivas pluri, poli,
multidisciplinarias se refieren sobre todo a la cantidad de disciplinas
convocadas para el tratamiento de un fenómeno determinado, más que a una
verdadera integración de métodos, conceptos y lenguajes, aspecto que distingue
a la perspectiva interdisciplinar de las anteriores.
¿Qué es, entonces, un conocimiento
transdisciplinario, una visión transdisciplinaria de un hecho o de una
realidad cualquiera?
La perspectiva
transdisciplinar, de más reciente aparición, representa un reto a los actuales
esquemas de trabajo y de pensamiento científico, porque constituye "como
lo indica el prefijo "trans", lo que simultáneamente es entre
disciplinas, a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda
disciplina. Su finalidad es la comprensión del mundo presente, uno de cuyos
imperativos es la unidad del conocimiento". Sin embargo, su alcance va más allá
del marco de lo académico para convertirse en bandera de cambios sociales y en
una exigencia de flexibilización de las fronteras socio-culturales.
Julie
Thompson Klein, importante teórica estadounidense en la temática inter y
transdisciplinar, describe el alcance de la perspectiva transdisciplinaria como:
"La visión transdisciplinaria elimina la homogeneización, y reemplaza la
reducción con un nuevo principio de realidad que emerge de la coexistencia de
una pluralidad compleja y una unidad abierta. En lugar de una simple
transferencia del modelo desde una rama del conocimiento a otra, la transdisciplinariedad
considera el flujo de información que circula entre varias ramas de
conocimiento. La principal tarea es la elaboración de un nuevo lenguaje, de una
nueva lógica, y de nuevos conceptos que permitan un diálogo genuino entre
diferentes dominios. La transdisciplinariedad no es una nueva disciplina, una
herramienta teórica, o una superdisciplina. Es la ciencia y el arte de
descubrir puentes entre diferentes objetos y áreas de conocimiento".
Aunque la
transdisciplinariedad se ha concebido como una necesidad a lo largo de la
historia de la ciencia, este sentimiento se manifestó de una manera particular
hacia fines del siglo XX. Hoy existen autores que la conciben como un
"movimiento" intelectual y académico que, por su gran apertura, es
mucho más amplio y receptivo que una "escuela" ideológica con reglas
fijas de pensamiento. Y es impulsado, sobre todo, por la UNESCO y por el Centro
Internacional de Investigaciones y Estudios Transdisciplinarios (CIRET) de
Francia.
La transdisciplinariedad responde a un hecho
esencial y es que la interdisciplinariedad no logra responder a la realidad
integradora, que sólo puede observarse y descubrirse bajo nuevas formas de
percepciones y valoraciones. Edgar Morin, citado por Martínez,
establecía al respecto: "por todas partes, se es empujado a considerar, no
los objetos cerrados y aislados, sino como sistemas organizados en una relación
coorganizadora con su entorno (...); por todas partes se sabe que el hombre es
un ser físico y biológico, individual y social, pero en ninguna parte puede
instituirse una ligazón entre los puntos de vista físico, biológico,
antropológico, psicológico, sociológico. Se habla de interdisciplinariedad,
pero por todas partes el principio de disyunción sigue cortando a ciegas".
La
transdisciplina representa la aspiración a un conocimiento lo más completo
posible, que sea capaz de dialogar con la diversidad de los saberes humanos.
Por eso el diálogo de saberes y la complejidad son inherentes a la actitud
transdisciplinaria, que se plantea el mundo como pregunta y como aspiración.
Una gran aplicación de la transdisciplinariedad seria en la educación;
que desde la perspectiva de la totalidad, todo
programa educativo implica necesariamente actuaciones integrales y unitarias,
así como adaptaciones y acciones ecologizadas para y con los sujetos que
participan en el proceso educativo, así como sobre los contextos en los que
viven, contextos que son los que nutren los procesos de relaciones,
interacciones y vinculaciones y que se configuran en estructuras organizativas
y de acción. La educación contextualizada y concretada en ámbitos formales
escolarizados, adquiere pleno sentido cuando está integrada e impregna todos
los ambientes, espacios y tiempos, cuando forma parte de la organización
escolar, del curriculum, y de todos y cada uno de los elementos, procesos,
materiales, sociales y personales que conforman el universo ecosistémico de la
escuela. En este sentido por ejemplo, la vieja división entre actividades
escolares y extraescolares, o la antigua dicotomía entre materias obligatorias
y voluntarias, o de primer orden y de segundo orden, tiene que ser sustituida
por ámbitos y espacios de conocimiento significativo y justificados únicamente
por su valor educativo y su capacidad para estimular el desarrollo personal y
comunitario, la autonomía para el aprendizaje, así como para la responsabilidad
social y el desarrollo de la sensibilidad y la conexión con el todo.
La
comprensión transdisciplinar quizá se pueda identificar con lo sustancial del
método universal de JACOTOT, que propone la conveniencia de aprender una cosa y
todo lo relacionado con ella, del modo siguiente: Sepamos una cosa y
relacionemos con ella todo lo demás. Este enfoque didáctico es realizable en todos los niveles, incluido el universitario,
pero al desarrollado con posterioridad
al disciplinar es al que se considera con propiedad transdisciplinar. Así, a partir de una formación
disciplinar se pueden desarrollar
técnicas de enseñanza transdisciplinares, como los proyectos, el estudio de caso, el aprendizaje
basado en problemas, las inmersiones temáticas, etc.
Es
evidente que el saber básico adquirido por el hombre, es decir, el cuerpo de
conocimientos humanos que se apoyan en una base sólida, por ser las conclusiones
de una observación sistemática y
seguir un razonamiento consistente,
–cualesquiera que sean las vías por las cuales se lograron– debieran poderse integrar en un todo coherente
y lógico y en un paradigma universal o
teoría global de la racionalidad. Lo fundamental es tener presente la
perspectiva desde la cual se lograron.
En consonancia con todo lo dicho, necesitamos un paradigma universal,
un metasistema de referencia cuyo objetivo sea guiar la interpretación de las interpretaciones y
la explicación de las
explicaciones. Por lo tanto, sus “postulados” o principios
básicos de apoyo deberán ser amplios; no pueden ser específicos,
como cuando se trata de un paradigma particular en un área específica del
saber. Todo ello nos llevará hacia un enfoque básicamente gnoseológico, es decir, que trate de
analizar y evaluar la solidez de las reglas que sigue nuestro propio pensamiento.
Es de esperar que este nuevo
paradigma emergente sea el que nos permita superar el realismo
ingenuo, salir de la asfixia reduccionista y entrar en la lógica de una
coherencia integral, sistémica y ecológica, es decir, entrar en una ciencia
más universal e integradora, en una “ciencia” verdaderamente
transdisciplinaria.
lunes, 2 de diciembre de 2013
Guía 3: Variedad Interpretativa y la Lucha por el Poder en las Organizaciones
Fuenmayor, Ramsés (2001) "Interpretando Organizaciones", capítulo 2
* Conflicto y Poder en las Organizaciones:
En el Capítulo 1 del libro “Interpretando Organizaciones” del autor Ramsés
Fuenmayor, se explicó como la normativa organizacional y la división
jerarquizada del trabajo propia de la organización moderna imponen restricciones
y prerrogativas sobre los actores. Tales diferencias los ubican en diferentes
grupos laborales jerarquizados. La diversidad de grupos conlleva una diversidad
de intereses, asociada, con frecuencia, a una diversidad en condiciones
socio-económicas. De acuerdo con Crozier (Sociólogo Francés), la variedad que
la normativa impone entre los grupos laborales es fuente potencial de
conflicto- que se da en términos de “lucha por poder”- y motor interno del
dinamismo propio de una organización.
Pero, ¿por qué esta variedad implica conflicto? ¿por qué lucha por poder? ¿es
que acaso todos los actores quieren tener la máxima posición directiva en la
organización?. Esta última pregunta se aclara al mostrar la definición de poder
que Crozier ha adoptado. La definición de poder que Crozier toma de Robert Dahl
(Politólogo destacado de Norteamerica) es la siguiente:
El
poder de una persona A sobre una persona B es la capacidad que tiene A para
lograr que B haga algo que no hubiera hecho sin la intervención de A.
(Burrell and Morgan, 1979, p. 214), (Crozier, 1963, p. 30).
La
lucha por poder y el conjunto de intereses en pugna, son también un
“constructo” social que forma parte de la variedad interpretativa y que
condiciona de manera variada el comportamiento de los actores.
* Dialéctica Entre La
Resultante Del Conflicto Interno Y El Sector Social.
La
organización cumple un papel para la sociedad, o, más específicamente, para el
sector social receptor del bien o
servicio producido por ésta. Antes de
continuar vale la pena realizar algunas aclaraciones en relación con el
concepto de “sector social receptor”:
• Los sectores sociales receptores de
dos organizaciones distintas pueden ser diferentes ó pueden guardar alguna relación entre sí.
• El sector social receptor de una
cierta organización puede incluir personas con muy variadas condiciones
económicas, sociales y culturales, esto implica
una gran variedad interpretativa como una variada gama de relaciones de poder.
• La intermediación por parte del Estado entre una organización y su sector social receptor podrá ser
total ó inexistente.
• El objetivo formal de la
organización es, en principio, la
producción de ese bien ó servicio bajo ciertas condiciones de cantidad y calidad requeridas por el
sector social receptor. En lo que sigue emplearemos la frase “estado del
producto” para referirnos a esas condiciones cualitativas y cuantitativas del
producto de la organización, y el término “requerimiento del sector social
receptor” son los requerimientos definidos por el Estado ó por los responsables
de ciertas organizaciones para un cierto sector social receptor.
El sector social receptor ejerce, de un
modo u otro, una “presión” sobre el
entorno socio-organizacional, causando una “presión crítica”, cuyo resultado es
la acción destructora de la organización límite crítico inferior. El juicio que
los miembros del sector social receptor puedan formular sobre el estado del producto de una
organización depende de una variedad de factores tales como: el grado de conciencia
crítica del sector social receptor, el grado de apertura democrática de la
sociedad, el sistema de competencia entre diferentes organizaciones productoras
del mismo producto, lo tangible del producto, el tamaño del sector social
receptor, son factores que influyen en la interpretación pública del estado del
producto.
Cuando
el objetivo formal no coincide con el estado del producto requerido por el
sector social receptor, se presentan dos tipos de situaciones; a saber:
• El objetivo formal y su consiguiente
sistema formal definen un producto que se encuentra en condiciones de
“inferioridad” con respecto al estado requerido por el sector social receptor.
En esta situación la organización puede encontrarse sometida a una presión
crítica y, por tanto, puede verse forzada a “superar” el estado del producto
definido en el objetivo formal para poder sobrevivir.
• El objetivo formal y su consiguiente
sistema formal definen un producto que se encuentra en condiciones de
“superioridad” con respecto al estado requerido por el sector social receptor.
En este caso la restricción impuesta por el sistema formal excede la
restricción impuesta por el estado requerido por el sector social receptor.
* Diversidad del Sector
Social Receptor:
El
sector social receptor puede estar caracterizado por una amplia variedad
interpretativa e intenso conflicto que supone la generación de una fuerza
resultante de dicho conflicto. Es decir los
actores no ven de igual modo su organización ni al resto de los miembros
de la sociedad donde se inserta la organización y pueden existir inmensas
diferencias en relación con su modo de ver y actuar.
Dentro
del entorno socio organizacional la diversidad se da en primera instancia por
una variedad histórica presente en la cultura Occidental y por otra parte a una
serie de factores socio económico que ubican a las personas en diferentes
¨posiciones¨ socio económicas en relación a la división económica y a los
múltiples procesos educativos. Generando que el conjunto de organizaciones
tenga una mayor variedad de sectores sociales receptores.
El asunto del sector
social receptor es un tema clave de los estudios de las organizaciones
públicas, especialmente en los países del tercer mundo. En la medida que la
variedad sea mayor, más complicado será el asunto de la variedad interpretativa
donde está sembrado el ser de cada organización.
- Infografía:
- Infografía:
martes, 26 de noviembre de 2013
Guía 2: Teoría de la Organización
Ensayo:
“Comportamiento
en la Organización”
En
el complejo mundo y poco explorado llamado Organizaciones se puede decir que la
mayor parte de lo que sabemos o creemos acerca de éstas, procede del sentido
común y de las experiencias prácticas de ejecutivos que ocupa cargos en las mismas. Citando la
obra, Teoría de la Organización en su capítulo 1 ‘’Comportamiento en la Organización” del preciado autor Herbert Simón, define a la
organización como “un conjunto de
personas que actúan unidas y son los
conjuntos más grandes en nuestra sociedad que poseen lo que más se parece a un
sistema coordinador central”.
Siendo así define al conjunto de
personas como “masa laboral” que es lo más importante de la organización,
puesto que se dedica más de la tercera parte de las horas hábiles a éstas, lo
que conlleva a ver a las organizaciones como instituciones sociales que están
influenciadas por en el ambiente en el que el individuo se desempeña y su
distribución del tiempo.
Las instituciones sociales tienen
una clara especificación de su estructura y coordinación a través de cargos
establecidos, cuyas actividades permiten
establecer una comunicación definida (con canales e información específica) y
explicita entre sus individuos, lo que genera un alto grado de coordinación del
comportamiento de la organización.
Es así como dicho comportamiento ha
llamado la atención de psicólogos sociales donde han mostrado un interés
particular por dos aspectos importantes del comportamiento en la organización;
dirección y supervisión por un lado, y moral y actitudes de empleados por otro.
Esto ha llevado a establecer ciertas proposiciones o afirmaciones acerca del
comportamiento humano que deben tenerse en cuenta para explicar el
comportamiento en la organización y pueden agruparse en tres grandes clases:
- - Los empleados son considerados primordialmente instrumentos pasivos, capaces de realizar un trabajo y aceptar órdenes.
- - Los miembros de la organización tienen su objetivo personal, muy distinto al objetivo de la organización.
- - Los procesos de percepción y pensamiento que realizan los miembros dentro de la organización determinan el comportamiento en la organización.
Una
teoría adecuada del comportamiento humano en las organizaciones deberá tener
en cuenta otros aspectos también importantes como lo son la motivación y la
actitud, ya que los teóricos de la organización solo han enfocado su atención
sobre los aspectos particulares y parciales del organismo humano que les han
parecido a ellos particularmente significativos para sus fines, y han generado
muy poco conocimiento que nunca se ha sometido a la comprobación del método
científico, por lo que la teoría de la organización ocupa un lugar
insignificante en la ciencia social moderna, ya que las pocas teorías sobre organización
no pueden ser catalogadas en otras ramas científico-sociales.
Tomando
en cuentas las pocas teorías que se conocen, se proponen 3 modelos como base
primaria para ordenar los conocimientos existentes:
- - Modelo 1: Modelo basado en el empleado como instrumento.
- - Modelo 2: Modelo basado en destacar actitudes y motivaciones de los miembros de la organización.
- - Modelo 3: Modelo basado en destacar los aspectos racionales e intelectuales del comportamiento en la organización.
Dichos modelos permiten entonces manejar una pequeña
parte de la información que se puede recoger del ambiente y la memoria de la
organización, lo que facilita la toma decisiones y resolver problemas del
comportamiento en las organizaciones.
domingo, 17 de noviembre de 2013
Guía 1: Concepto
Entendiendo las Organizaciones
- Organización:
Es un sistema de actividades humanas diseñadas bajo un cierto orden, para cumplir un fin, que ha sido definido de antemano, realizado por un grupo de actores haciendo uso de un conjunto de recursos.
- Síntesis:
El modelo básico de una
organización indica que para la ejecución de las actividades, se requiere de un
conjunto de actores y recursos materiales, donde cuya distribución y uso
definirán diferentes modos organizativos , de manera que el objetivo se cumpla
lo más económico posible. La actividad gerencial se basa en conocimientos sobre
las posibilidades en materia de modos organizativos y sus consecuencias, es
decir, en la toma de decisiones para lograr la forma más eficiente, la
organización de las actividades, las
funciones y responsabilidades de los actores y el uso de los recursos. Los
fines en una organización se pueden ver desde la concepción mecanicista, que
supone la existencia independiente y absoluta del propósito que se quiere
lograr, dentro de ésta una decisión se podrá calificar como racional o
irracional, y considera a los seres humanos como recursos que funcionan
eficientemente o no, su objetivo se reduce a encontrar la distribución más
óptima para conseguir el objetivo deseado. El punto de vista interpretativo,
establece que los fines en una organización sólo existen como interpretaciones
humanas, no hay un fin absoluto, la racionalidad y eficiencia adquieren un
carácter relativo, ésta argumenta que la definición de organización indica un
objeto más abstracto, que no tiene un correlato inmediato sino mediato con el mundo de las cosas
materiales, presume una interpretación subjetiva que puede ser vista de
diferentes formas por distintas personas. (1)
- Mapa conceptual:
(1) Fuenmayor, Ramsés (2001) "Interpretando Organizaciones..."
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